viernes, 22 de noviembre de 2013

La retina

La retina constituye la envoltura interna de globo ocular, ocupando una gran parte de su superficie y teniendo un espesor aproximado de un milímetro. Su estructura es similar a la pantalla del televisor o la placa fotográfica; en ella se realizan las más complicadas transformaciones, con tal precisión, que muchos piensan que es parte de la misma corteza cerebral. Los rayos de luz que llegan hasta ella son los portadores de la carga energética que desencadena reacciones químicas y eléctricas, que el cerebro interpretará llenas de significados.

Esta compuesta de células fotosensibles de dos tipos:

Los conos: Alcanzan mayor precisión y detalles, también son aptos para la más intensa iluminación, y permiten la visión cromática.

Los bastones: Captan mejor el movimiento, son más sensibles a las tonalidades de grises y a la escasa iluminación.

Cuando la luz llega al segmento terminal de un bastón o un cono, apunta a unos dos mil millones de moléculas de pigmento, y cualquiera de ellas, puede capturarla. Y esta es la primera etapa de la percepción de la luz.

Ejemplo: cuando una imagen iluminada es impresa en la retina, las células fotosensibles son afectadas produciendo un vacío; al enfocar la vista en otro lugar, el espacio afectado anteriormente por la imagen no se ha "recuperado" (en ocasiones tarda hasta quince segundos, dependiendo de la intensidad de la impresión en la retina), por lo que produce una mancha "ciega", o sea, no sensible, que se interpreta como el negativo de la imagen. La superposición de esa imagen negativa o complementaria de color, sobre la escena siguiente, produce las más extraordinarias mezclas ópticas.

jueves, 14 de noviembre de 2013

La Diabetes y la pérdida de la visión


Se conoce como Diabetes al exceso de glucosa que puede ocasionar complicaciones cardiovasculares agudas, que por lo general terminan en amputaciones o ceguera. La Diabetes hace que el nivel de azúcar en la sangre sea más alto de lo normal, esto puede ocasionar daño en las vesículas sanguíneas y los nervios que recorren el cuerpo.

Una diabetes mal controlada puede dañar las pequeñas vesículas sanguíneas de la retina (retinopatía). La retina es la parte del ojo que es sensitiva a la luz y envía mensajes a su cerebro sobre lo que el ojo ve. Cuando las vesículas sanguíneas estan dañadas, puede gotear el fluido y causar hinchazón en la parte del ojo que permite la visión clara y definida (mácula).

Cómo debo cuidar mis ojos?
Generalmente, la retinopatía diabética afecta a ambos ojos. Las personas con retinopatía diabética a menudo no se dan cuenta de los cambios en su visión durante las primeras etapas de la enfermedad. Pero a medida que avanza, la retinopatía diabética usualmente causa una pérdida de visión que en muchos casos no puede ser revertida.
Lo más importante es examinarse los ojos regularmente por lo menos una vez al año, ya que las primeras señales de problemas pueden verse solamente por medio de exámenes especiales.

Tipos de Retinopatía diabética
  • De fondo o retinopatía diabética no proliferativa (RDNP)
    Los vasos sanguíneos deteriorados permiten un escape de fluidos de sangre dentro del ojo, depósitos de colesterol u otras grasas de la sangre pueden entrar en la retina causando:

    • Microaneurismas:
      Unas pequeñas protuberancias en los vasos sanguíneos de la retina que con frecuencia dejan escapar líquidos.
    • Hemorragias de la retina:
      Unas pequeñas manchas de sangre que entran a la retina.
    • Exudados:
      Escapes de líquido que ocasiona distorsión visual.
    • Isquemia macular: Los pequeños vasos sanguíneos (capilares) se cierran o se tapan. Su visión se torna borrosa ya que la mácula no recibe suficiente sangre para funcionar correctamente.
    Muchas personas con diabetes tienen RDNP leve, lo que por lo general no afecta la visión. Sin embargo, si su visión se ve afectada, es como resultado de un edema macular y una isquemia macular.

  • Retinopatía diabética proliferativa (RDP)
    Puede afectar la visión central como la periférica. Ocurre cuando muchos de los vasos sanguíneos de la retina se tapan impidiendo el flujo de la sangre y es cuando la retina responde creando nuevos vasos sanguíneos; sin embargo, los nuevos vasos sanguíneos también son anormales y no proporcionan a la retina con el flujo sanguíneo adecuado. A menudo, los nuevos vasos van acompañados por tejidos cicatrizados que pueden hacer que la retina se arrugue o se desprenda.

    La RDP afecta la visión de las siguientes maneras:

    • Hemorragia vítrea:
      Los nuevos y delicados vasos sanguíneos sangran dentro del vítreo, bloqueando el acceso de los rayos de luz a la retina, haciendo que usted vea algunas nuevas manchas oscuras y flotantes o bloqueando su visión, permitiéndole sólo ver la diferencia entre claro y oscuro. Una hemorragia vítrea por sí sola no causa una pérdida de visión permanente. Toda vez que la sangre desaparece, la visión puede volver a su estado anterior, a menos que la mácula se haya dañado.
    • Desprendimiento de la retina por tracción:
      Cuando el tejido de una cicatriz se encoge, la retina se arruga y puede desprenderse de su posición normal. Estas arrugas maculares pueden distorsionar la visión.
    • Glaucoma neovascular:
      Si una serie de vasos de la retina se cierran, una neovascularización en el iris (la parte coloreada del ojo) puede ocurrir, los nuevos vasos sanguíneos pueden bloquear el flujo normal de líquido en el ojo. La presión en el ojo aumenta causando daños al nervio óptico.



miércoles, 13 de noviembre de 2013

Enfermedades visuales que afectan a los niños (Parte 1)

Enfermedades visuales que afectan a los niños (Parte 1)
La Ambliopía y otras enfermedades visuales que afectan a los niños (parte 1)

Aunque todos los sentidos son importantes, la visión es quizá aquel al que mayor valor se le da. Cuando somos adultos normalmente vamos al optómetra o al oftalmólogo ante cualquier molestia o cualquier cambio en la calidad y/o cantidad de la agudeza visual. La atención oportuna nos ayuda a prevenir y a corregir dichas alteraciones.

Pero, ¿Cómo hacemos con los niños? ¿Cómo sabemos si realmente están viendo o no? ¿Ven bien por ambos ojos? ¿Tienen algún tipo de enfermedad que no hayamos notado? ¿Qué tipo de enfermedades podemos encontrar en sus ojos? Es muy difícil darnos cuenta si un niño ve bien por ambos ojos o solo por uno si no lo llevamos al oftalmólogo.

La oftalmología pediatrica se ocupa de las enfermedades, anomalías y del adecuado desarrollo de la visión en los niños, ya que ésta se desarrolla y cambia desde el nacimiento. Los nueve primeros años son los más críticos para el desarrollo de la visión; es por esto, que todos los niños, aún aquellos que no manifiestan problemas visuales deben ser revisados profesionalmente al nacer, a los 6 meses, en edad preescolar (3-4 años) y periódicamente en edad escolar.

El conocimiento de la naturaleza de la visión en los niños ha avanzado mediante la especialidad de oftalmología pediátrica. El oftalmopediatra cuenta con experiencia en el trato y manejo de niños, en una evaluación de rutina es posible que el especialista determine si hay problemas oculares aunque el niño no coopere. Los problemas oculares pueden iniciar a una edad temprana y en su mayor parte pasan desapercibidos debido a que los niños al no tener punto de comparación perciben como normal la manera en que ellos ven. En la mayor parte de los casos el niño no se queja aunque su visión sea muy borrosa o afecte a un solo ojo. Un diagnóstico precoz y un tratamiento adecuado permiten que los niños tengan una buena visión durante el resto de su vida.

Hay enfermedades oculares las cuales son difíciles de detectar sin ayuda profesional y cuyos pronósticos dependen exclusivamente de la atención oportuna. El pronóstico visual, e incluso la vida del niño en el caso de algunos tumores, están en juego y dependen en gran parte de la rapidez con que se diagnostique y trate.

La ambliopía (ojo perezoso) solo es tratable hasta los 12 años. Si es secundaria a una catarata, esta depende de la edad a la que se operó. Entre más temprano, mejor la cantidad de visión que puede recuperar el niño. Un glaucoma no tratado lleva rápidamente a la ceguera. Un retinoblastoma (tumor en la retina) pude llevar a la muerte si no se trata oportunamente. Es de suprema importancia llevar a los niños a control con el oftalmólogo de forma temprana y estar atentos a éstos síntomas para detectar precozmente cualquier afección visual:

  • Niños con parche para tratar ambliopía
    Desviación frecuente de un ojo
  • Lagrimeo
  • Aparición de legañas frecuentemente al levantarse
  • Ojos rojos de manera frecuente
  • Pupila de color blanquecina o cuando no es redonda
  • Si el niño se acerca demasiado al televisor o al papel cuando escribe o lee.
  • Dolor de cabeza al leer o escribir
  • Rascarse los ojos con frecuencia
  • Diferencias de visión al taparse los ojos
  • Caída de los párpados superiores.
En cualquiera de estos casos es recomendable la visita al oftalmólogo para prevenir defectos visuales.

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