martes, 24 de diciembre de 2013

Felices Fiestas

Feliz Navidad y Próspero 2014

Nuestro deseo para el año nuevo

Que la magia de la Navidad los ayude a realizar sus sueños
y que el nuevo año que comienza traiga cosas maravillosas para ver!


 
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miércoles, 18 de diciembre de 2013

Innovación, un estilo de vida para César Carriazo


César Carriazo asegura que desde siempre le ha fascinado la biomédica, la física, y la óptica.
El oftalmólogo, oriundo de San Marcos, Sucre, recibió recientemente el Premio Nacional al Mérito Científico, por parte de la Asociación Colombiana para el Avance de la Ciencia.

El pasado 28 de noviembre, César Carriazo Escaf recibió un reconocimiento que exaltó los años que ha dedicado a la investigación, creación y el desarrollo de nuevas tecnologías en pro a su área de conocimiento, la oftalmología.

Se trata del Premio Nacional al Mérito Científico 2013, en la categoría innovación, el cual le fue otorgado en Bogotá por la Asociación Colombiana para el Avance de la Ciencia.

Nacido en San Marcos, Sucre, Carriazo es un hombre que ha enfocado sus ideales a trabajar con excelencia y calidad. Asegura que se trasladó desde pequeño a Barranquilla con su familia, y que tiempo después, al terminar medicina en la Universidad del Norte, se inclinó por la oftalmología, ya que “era la especialidad más a fin con la tecnología, la óptica y la física”, siendo estas últimas áreas de interés para él.

“Me fui a estudiar a la Clínica Barraquer de Bogotá, con el doctor Barraquer. Ahí estuve seis años, porque hice la especialidad y me quedé dos años después con el doctor en investigación”, relata el oftalmólogo, agregando que mientras era estudiante desarrolló el microquerátomo Carriazo-Barraquer, un aparato para hacer cirugía refractiva.

“La máquina la desarrollé y es producida en Francia. Yo hice el primer prototipo y ellos lo hicieron reproducible”.

César asegura que cuando el doctor Barraquer murió, él toma la decisión de regresar del todo a Barranquilla. Y, a la fecha, ha desarrollado varias cosas importantes. “Hay mucho por descubrir. El Internet es una tontería en comparación a lo que puede venirse en el futuro”.

Dice que al llegar a la ciudad, tuvo el consultorio donde un primo y luego se independizó. “Con los ingresos del primer aparato monté mi clínica, el Centro Oftalmológico Carriazo, que ya funciona desde hace quince años”, relata.

Con el tiempo, Carriazo hizo el aparato M2, un Carriazo-Barraquer en su segunda generación. “Este es desechable y también lo hacen los franceses”.

El oftalmólogo en su deseo por seguir innovando, no se detuvo y las ideas brillantes llegaban a él con frecuencia. “Después hice un aparato mucho más exigente, porque ya se empezó a hablar de visión supernormal, y optimizar mejor el ojo para que el paciente pudiera ver más de lo normal. La máquina fue muy precisa y segura. La nombré Carriazo Pendular. Actualmente la produce una multinacional alemana”.

Sin lugar a dudas el sanmarquero se percataba año tras año de su particular don para innovar, y tras un tiempo, gracias a sus conocimientos en bioingeniería, desarrolló Palk, una queratoplastia láser asistida por taquimetría.

“Una técnica para evitar el trasplante de córnea, y se hace con láser. Entonces uno puede solucionar por ejemplo, el queratocono, una enfermedad de la córnea en la que muchos pacientes terminan haciendo el trasplante. Pero con esta tecnología ya no es necesario el trasplante, solo cambiar el casquete anterior de la superficie del ojo. Eso no genera rechazo. Ha sido un avance grande, pero todavía no se hace en todo el mundo”.

Asimismo relató que hizo otro aparato para operar cataratas con mucha facilidad: una terminal de una máquina de ultrasonido, que facilita la cirugía de la catarata. “Apenas lo acabo de terminar, y nadie más lo tiene. Lo pienso entregar a unas multinacionales”.

Su creatividad no tiene límites. El también profesor de la Universidad del Norte asegura que tiene a la fecha nueve patentes. “La necesidad te da la creación. Como uno atiende pacientes, sabe qué necesidad específicas existen. Ahora mismo tengo 4 proyectos de investigación en curso en Barranquilla, las cuales van desde implantes oculares de diferentes válvulas, prótesis, segmentos, entre otras cosas”.

Otro de sus logros actuales es el montaje de su planta y laboratorio propios, para producir sus patentes y no entregarlas más a multinacionales.

“La idea es que sea de Barranquilla para el mundo. Es una planta pequeña —reproducible a gran escala— y un laboratorio de investigación, pero ahí hago mis propios desarrollos”.

Sobre el premio que recibió en Bogotá, Carriazo asegura que es un reconocimiento que le dan a las personas que se han destacado en ciencia, en crear y desarrollar. “Un premio que se ha ganado gente muy importante de acá”, menciona el oftalmólogo, agregando que ha recibido diversos reconocimientos a nivel mundial en países como India, Perú, Alemania, México y España, entre otros.

Sobre sus hijos... “Elder está estudiando administración de empresas y Manuela quiere estudiar medicina”.

su lado familiar. Está casado con Sandra Anaya y tiene dos hijos, Elder de 19 años, y Manuela de 15. César Carriazo cuenta que es de origen sirio libanés y que su padre Elder Carriazo era un odontólogo al que también le gustaba mucho crear. Asimismo agrega que su madre, que aún vive, se llama Rosalba Escaf.

Por: Ana Milena Pugliese Araújo

Revista Gente Caribe



Revista Gente Caribe
El Heraldo
Edición: Sábado, Diciembre 14, 2013
Sección: Perfil

lunes, 2 de diciembre de 2013

Científicos de clase mundial

COMPETENCIALa capacidad científica del país ha crecido, a pesar de la limitada inversión en ciencia y tecnología.

El profesor César Carriazo recibió el premio a la innovación por sus aportes a la cirugía refractiva oftalmológica y sus nueve patentes.


En lugar de andar descuerando a nuestros científicos, el país entero debería apoyarlos. La semana pasada fueron entregados los premios al mérito científico 2013, por parte de la Asociación Colombiana para el Avance de la Ciencia (Acac). El ganador en la categoría vida y obra es el físico Pedro Antonio Prieto, profesor de la Universidad del Valle, director del Centro de Excelencia en Materiales, con sede en Cali, y uno de los investigadores más prolíficos que tiene el país, con trabajos en superconductividad y nanotecnología que gozan de reconocimiento internacional.

En la categoría investigador de excelencia fueron galardonados los profesores Juan José Amar y Antonio de Jesús Iglesias. El Programa de Estudio y Control de Enfermedades Tropicales de la Universidad de Antioquia, liderado por el profesor Iván Vélez, fue premiado en la categoría grupo de investigación de excelencia, por sus trabajos sobre enfermedades infecciosas, especialmente entre comunidades indígenas y campesinas.

En la categoría divulgación fue premiada la doctora Elizabeth Gutiérrez por sus escritos en prensa a lo largo de 20 años, y en la categoría innovación el jurado entregó el premio al profesor César Carlos Carriazo, de la Universidad del Norte, por sus aportes a la cirugía refractiva oftalmológica y sus nueve patentes, que hoy son utilizadas en el mundo y fabricadas por empresas de tecnología avanzada en Francia y Alemania.

El aporte que estos científicos han hecho al país y a la ciencia mundial es enorme. El profesor Eduardo Posada, presidente de la Acac, se lamenta de que el público desconozca el gran potencial científico que tenemos, representado en casi 20.000 investigadores activos, 5.000 grupos de investigación y 60 centros de investigación reconocidos por Colciencias.

Un par de meses atrás, el mismo día en que algunos medios se esforzaban en llevar al paredón al destacado investigador Raúl Cuero, la Acac entregaba otros premios importantes: los premios a los inventores colombianos. El primer puesto fue para Giovanni González, creador de un dispositivo mecatrónico para termoterapia.

Otros ganadores fueron Edwin Mesa, por su soporte giratorio con muletas para ayuda a personas en sillas de ruedas; Raymond Abel y François Aubourg por inventar un sistema mecatrónico articulado para el despegue vertical de aeronaves; Andrés Amell por su quemador autorecuperativo y autoregenerativo de alta eficiencia energética; William Lozano por el sistema integral de saneamientos de bajo costo; y José Bolívar por una trituradora de semillas de enebro. Hay que destacar que en Colombia, en los últimos cinco años, se ha duplicado el número de patentes y se ha multiplicado por tres el número de publicaciones científicas.

Posada tiene expectativas en relación con el impacto de la Ley de Regalías, que entregará 500 millones de dólares anuales para proyectos de ciencia y tecnología en las regiones. Está orientado más a investigaciones aplicadas que a ciencia pura y, en opinión de Posada, debería estar acompañada de un mayor presupuesto para Colciencias.

Pero algo es algo. Una recomendación claramente reiterada por la Ocde (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico), organismo al que Colombia aspira a ingresar, es que debe mejorarse sustancialmente la inversión en ciencia, tecnología e innovación. “Esa debería ser una prioridad de los candidatos a la Presidencia en la presente campaña electoral” dice Posada.

Al país todavía le falta mucho en esa materia. Con el dinero de regalías, la inversión en ciencia y tecnología alcanzará el 0,6 por ciento del PIB aproximadamente, bastante lejos todavía de la vieja meta del 1 por ciento mínimo deseable en cualquier parte, y distante de la de algunos vecinos como Brasil, que está en el 1,5 por ciento del PIB.







Por Álvaro Montes
Revista Semana
Edición 1648
Sección: Tecnología